jueves, 10 de abril de 2014

El tritón de La Laja

Microrrelato 
Era el momento más confuso para dioses, semidioses y criaturas mitológicas; en especial para el Tritón. La gran guerra había empezado entre el Imperio Romano y la Civilización Griega; todos tenían que escoger, o Griegos o Romanos. Y el pobre Tritón iba a dejar de ser Dios para convertirse en una simple criatura mitológica; y para colmo, ¡le iban a prohibir nadar en el Mar Mediterráneo! De repente, se acordó de unas islas paradisíacas en el Océano Atlántico,  y dijo: ¡Iré a vivir a Gran Canaria!

David García

Microrrelato
Un día me encontré en el magnífico Océano Atlántico. La gente me miraba con respeto, algunos valientes incluso se atrevían a acercarse, sabían que este océano me pertenecía. Estaba impresionado. Por fin podía nadar como pez en el agua, jugaba con el mar. Con mi caracola calmaba o alertaba de las turbulentas olas que surcaban la playa de La Laja. Esa brillante agua me acariciaba la cola bronce, bronce como la arena que me rodeaba. Siento una felicidad inexplicable, yo soy y aquí estoy, el Dios del Mar.
Mireya Sánchez


 Microrrelato 
Me pregunto por qué estoy aquí, qué hago yo todos los días, y lo más importante, por qué existo, quién me creó y para qué sirve la caracola. Lo único que sabía es dónde vivía -en las profundidades marinas en un palacio dorado- y mi padre se llamaba Neptuno; sí, Neptuno, ese Grandioso Dios con un Gran Tridente.
Christian.