jueves, 7 de marzo de 2019

Mi calle

Mi calle no tiene nada de particular salvo por el hecho de que es peatonal. Sus adoquines no conocen el ruido ni el peso de los coches. Es larga, aunque ni muy grande ni muy pequeña. 
Cada día entro en ella y me quedo mirando a los niños pequeños corriendo o jugando con sus patines y por un instante, me veo a mí misma años atrás de pequeña jugando, riendo y correteando junto a mi hermano.
Cuando salgo por la mañana temprano, la calle me recibe con el olor de pan salido del horno y de los cafés que van y vienen de la cafetería a las mesas que puntualmente han ocupado su sitio a la misma hora de siempre. Los pájaros con sus trinos también son bienvenidos a mi calle y alegran el caminar de la gente que va y viene con sus pensamientos, sus prisas, sus risotadas…
Va cayendo el día, el ajetreo va dejando paso a la calma. Es como si la calle estuviera cansada de todo un día en pie y quisiera irse a descansar. Así las mesas y sillas de la cafetería se recogen, y poco a poco toda la calle queda vacía, en calma, quieta y en penumbra. Es hora de despedir el día. Mi calle no tiene nada de particular y a la vez es especial, es mi calle, o como a ella le gusta llamarse, es mi paseo.

Autora: Ángela Funes Peñalver
Sexto. 2019





Tú eres mi pequeña y acogedora calle. Te gusta mirar los coches que pasan y eres muy
silenciosa. Se te da genial jugar al escondite, pues nadie te conoce; te vemos por sorpresa, de ti no hay sospecha. Debajo de los árboles a mis amigos y a mí nos gusta jugar, incluso mi perra se pone a corretear. Eres una calle muy espléndida, a nadie molestas, sólo observas cómo las gaviotas vuelan. Me encanta acariciar a los callejeros gatos del lugar, pero a ellos les fascina burlarse de mí porque como ellos, yo no sé trepar. Qué armonía siento cuando los pájaros comienzan a cantar, y tus bonitas y rústicas casas me producen seguridad. Siempre te llevaré en mi corazón, espléndida calle a la que adoro yo.

Autora: Noah Quiroga Verdugo.
Sexto. 2019








miércoles, 6 de marzo de 2019

Mi calle

Mi calle no es nada especial,
una carretera y un asfalto para caminar.
En las fiestas es lo mejor:
poder ver a las personas caminar,
carrozas y mucho más.
Las montañas no son nada peculiar,
pero desde mi casa se pueden observar.
A veces me paro en la plaza
y me pongo a pensar:
¿qué es lo que tienen las calles de especial?
Y toda pregunta tiene su respuesta,
y es que cada paso que das,
es una nueva aventura que vivirás,
cada suspiro, un olor que sentirás,
cada parpadeo, será la creatividad
que tenemos para imaginar.
Todo esto te puede pasar,
solamente en tu calle tienes que estar.
Autora: Danna Paola Quintero Abreu.

Sexto. 2019 

martes, 5 de marzo de 2019

Mi calle

Vivo en una calle peatonal donde unas elegantes farolas plateadas, salpican la llanura de adoquines que la cubren. Cuando es iluminada por la luz diurna, es frecuente el movimiento de ajetreados transeúntes haciendo frente a sus tareas cotidianas. Llega la noche y todo cambia: la cálida luz de las farolas sustituye a la blanquecina luz solar. El movimiento desaparece, dejando paso a una vía flanqueada por edificios residenciales, que laten en soledad marcando el pulso nocturno en espera de un nuevo día.
El que brilla con luz propia es el nombre de mi calle “Maestra Encarnación Santana Santana”. Merecido reconocimiento por su buen quehacer y su afán por erradicar el analfabetismo de su pueblo y el mío.
Autor: Daniel Suárez Hernández.

Sexto. 2019


Un radiante sol alumbra la fachada de todas y cada una de las casas de la calle. Y aunque lleve unos pocos meses viviendo aquí, cada vez que entro siento como si llevase años… Las frías brisas que corren al entrar hacen que no me sofoque del calor. Todavía no conozco a nadie allí, salvo a Agustín, que vive en la acera de enfrente. Junto a mi vivienda hay una acogedora peluquería, con una mujer muy amable que se asoma todos los días y me saluda. En fin…, la verdad es que mi calle no es ni la más peculiar, ni la más bonita de Salinetas, pero es donde vivo gran parte del tiempo y sé que me quedan maravillosos momentos allí. Cada vez que piso la humilde acera y huelo el aroma de infinitas familias preparando sus comidas, recuerdo que no le hace falta llevarse un premio a la calle más bella, sino a la calle del amor. Amor de familias y compañía, donde estar con tus seres queridos es lo que la hace una calle ideal, al menos para mí.
Autora: Inés Pérez Trujillo
Sexto 2019

Mi calle es una de las más peculiares de mi barrio. Tiene luces, contrastes y ciertas sombras. Todas las
mañanas el sol alumbra mi casa y las demás; arriba, en el cielo, las inmensas nubes se agrupan formando dibujos de cuento. Desde mi calle hay vistas coloridas, las casas con sus vivos colores ofrecen un efecto de arcoíris. Al atardecer, se aprecian personas junto a sus mascotas dando un paseo. En mi calle se respira felicidad y siempre hay buen ambiente. Me encanta pasear por ella.
Un día, ¿por qué no vienes a visitarla?
Autora: Irene Navarro Silva
Sexto. 2019




Mi calle

Mi calle es silenciosa y amplia, se pueden oír los cantos de los pájaros, más lejos se observa una niebla oscura. Las hermosas flores resaltan en los bordes de las aceras en enormes macetones. La brisa continua se lleva las hojas sueltas que no paran de moverse. Por la mañana muy temprano, solo se oye la escoba del barrendero y las secas hojas bailando un vals de un lado a otro como si estuvieran en una sala de baile.

Rafael Santana Ojeda.
Sexto Nivel. 2019



domingo, 3 de marzo de 2019

Mi calle

Al este, la orilla del mar y al oeste, las montañas a lo lejos; el sol hace brillar las palmeras en la avenida. Mi calle aislada del ruido, el silencio se rompe solo con los ladridos de perros y algunas palomas que vuelan de casa en casa. Por las tardes, los niños salen con las bicicletas, patines, cometas... La calle se convierte en un parque. En mi calle, todas las viviendas son de color amarillento y la carretera despegada del suelo se agrieta al ver el sol.

Autor: Miguel Ángel Pedregal Medina.
Sexto Nivel. 2019
Fotografía: J.C. Turégano

sábado, 2 de marzo de 2019

Mi calle


Mi calle es muy bonita, aunque sé que hay muchas mejores, pero es donde está mi casa y todos los días la observo desde mi ventana. Cuando paseas por mi calle, aparecen de un lado alineadas casas terreras de dos plantas, pintadas cada una de un color a veces muy llamativo, y del otro lado, surge un edificio blanco rodeado de una verja en forja negra. Dentro se exhibe lo más destacado de la calle: un hermoso jardín que aísla el edificio del ruido exterior. Es una vía tranquila, pero sin duda el jardín contribuye a esa sensación, pues cuando abro mi ventana, solo se oye el murmullo de las palmeras que bailan con el viento y el canto de los pájaros que se esconden y juegan entre sus ramas. Además de pájaros, hay gatos que viven entre las plantas y flores, que cultiva con mucho cariño Rafael, el jardinero. Lo único que no me gusta mucho de mi calle es el nombre: se llama Ciega, pues en tiempos pasados había aquí una finca llamada Hoya de la Gallina Ciega. A veces me imagino cómo sería este lugar en aquel entonces. Habría alguna casa y plataneras tan bien cuidadas como el jardín que hoy embellece mi calle.
Autora: Lara Hdez. Ferrero. 
Sexto Nivel. 2019
Fotografía:J.C. Turégano.