Microrrelato
Soy un
dios y me encuentro en La Punta del Palo, en La Laja, me atrevo por la noche a nadar por mis aguas.
Toco mi caracola y calmo las olas. Me sumerjo para visitar mi palacio dorado.
Luego, al amanecer, vuelvo a mi tumba de bronce.
Ana
Díaz
Microrrelato
Me escapo del altar a mi palacio dorado. Aviso con
mi gran caracola de los ruidos del mar. Buceo por el Océano Atlántico
absorbiendo las dulces olas que acarician mi cara. Mi bella cola hecha de
bronce que baila con mi cuerpo, surca veloz el espacio azul. Voy de un sitio a
otro sin parar. Me llaman “GUARDIÁN DE
LOS DIOSES”.
Alexia Díaz
Microrrelato
Mis
padres me habían avisado. Pasaría de ser uno de los más poderosos dioses del
mar a ser homenajeado y representado en una gran escultura de bronce. Estaba colocado
en un precioso paisaje, aunque fuera del mar. Soy hermoso. Estoy hecho
totalmente de metales brillantes, y situada en mi mano, delante de mi boca,
tenía mi adorada caracola para así poder hacerla soplar. A mi alrededor observé
unas pequeñas figuras que me miraban asombradas.
Echaba
de menos mi hogar: mi palacio dorado, mis padres, mis hijos, los ciudadanos de
mis queridas profundidades… Pero tenía la sensación de que allí estaría genial
y que la gente que habitaba ese lugar me adoraría como al único dios. Así que,
para empezar mi nueva vida, hice sonar un bárbaro sonido con mi caracola.
Claudia
Santana