¡Hola, otra vez!
¡Acabo
de leer los microrrelatos, y, por favor, haz llegar a sus autores mi
felicitación y gratitud. Me han gustado mucho, Cuando hago una obra pública,
soy consciente de la responsabilidad que se asume, al convertirse la obra en
parte del imaginario de la ciudadanía..., después de leer estos relatos, me
reconforta saber que la obra, ya no es sólo mía, sino de todos, y es capaz de
motivar y hacer ver más allá de lo simplemente dado, que es la principal
función del arte.
Otra
vez, muchísimas gracias por participarme del trabajo de los alumnos y, por
favor, hazlas extensivas a ellos.
Saludos
muchos
Manolo
González
Microrrelato
¡Ella se reía
tanto después del baño en la orilla del mar de La Laja...! Y como la risa es la
mayor provocadora, asomó la cabeza para ver lo que le pasaba a un Tritón que vivía
en un palacio dorado.
-¡Un Tritón!-
grito ella.
El Tritón
tranquilo y sonriente y con una caracola en las manos le preguntó: ¿puedes
decirme en qué playa estoy?
Nayra
Santana
Microrrelato
Hoy me despierto con la
vida de bronce, viéndolo todo de color turquesa, mis brazos, mis piernas, mi
cara, todo yo soy acariciado por la brisa del mar. Mi caracola rozándome la
cara. Mi temperamento es querido, mi belleza es deseada o criticada, pero yo
soy el Dios del Mar, aunque antes de colocarme en mi altar me hayan partido en
trozos. Yo sigo avisando con mi bella caracola de los peligrosos temporales del
Océano Atlántico.
Laura Arnaiz
Microrrelato
Desde un
lugar privilegiado observo las montañas y el mar, donde yo vivía felizmente antes de estar aquí. Ahora, hecho de bronce, no me puedo mover, ni tampoco tocar
mi caracola, que a las olas gigantes hacen amainar. Me impongo por mi poder y grandeza
aquí arriba, pero cada vez que puedo, abandono mi cuerpo y me escabullo bajo el
mar, al palacio dorado, con mis padres y más allá.
Javier
Rivero