Vivo en una calle
peatonal donde unas elegantes farolas plateadas, salpican la llanura
de adoquines que la cubren. Cuando es iluminada por la luz diurna, es
frecuente el movimiento de ajetreados transeúntes haciendo frente a
sus tareas cotidianas. Llega la noche y todo cambia: la cálida luz
de las farolas sustituye a la blanquecina luz solar. El movimiento
desaparece, dejando paso a una vía flanqueada por edificios
residenciales, que laten en soledad marcando el pulso nocturno en
espera de un nuevo día.
El que brilla con luz
propia es el nombre de mi calle “Maestra Encarnación Santana
Santana”. Merecido reconocimiento por su buen quehacer y su afán
por erradicar el analfabetismo de su pueblo y el mío.
Autor:
Daniel Suárez Hernández.
Sexto. 2019
Un
radiante sol alumbra la fachada de todas y cada una de las casas de
la calle. Y aunque lleve unos pocos meses viviendo aquí, cada vez
que entro siento como si llevase años… Las frías brisas que
corren al entrar hacen que no me sofoque del calor. Todavía no
conozco a nadie allí, salvo a Agustín, que vive en la acera de
enfrente. Junto a mi vivienda hay una acogedora peluquería, con una
mujer muy amable que se asoma todos los días y me saluda. En fin…,
la verdad es que mi calle no es ni la más peculiar, ni la más
bonita de Salinetas, pero es donde vivo gran parte del tiempo y sé
que me quedan maravillosos momentos allí. Cada vez que piso la
humilde acera y huelo el aroma de infinitas familias preparando sus
comidas, recuerdo que no le hace falta llevarse un premio a la calle
más bella, sino a la calle del amor. Amor de familias y compañía,
donde estar con tus seres queridos es lo que la hace una calle ideal,
al menos para mí.
Autora:
Inés Pérez Trujillo
Sexto
2019
Mi calle es una de las más
peculiares de mi barrio. Tiene luces, contrastes y ciertas sombras.
Todas las
mañanas el sol alumbra mi casa y las demás; arriba, en el
cielo, las inmensas nubes se agrupan formando dibujos de cuento.
Desde mi calle hay vistas coloridas, las casas con sus vivos colores
ofrecen un efecto de arcoíris. Al atardecer, se aprecian personas
junto a sus mascotas dando un paseo. En mi calle se respira felicidad
y siempre hay buen ambiente. Me encanta pasear por ella.
Un día, ¿por qué no vienes
a visitarla?
Autora: Irene Navarro Silva
Sexto. 2019