martes, 5 de marzo de 2019

Mi calle

Vivo en una calle peatonal donde unas elegantes farolas plateadas, salpican la llanura de adoquines que la cubren. Cuando es iluminada por la luz diurna, es frecuente el movimiento de ajetreados transeúntes haciendo frente a sus tareas cotidianas. Llega la noche y todo cambia: la cálida luz de las farolas sustituye a la blanquecina luz solar. El movimiento desaparece, dejando paso a una vía flanqueada por edificios residenciales, que laten en soledad marcando el pulso nocturno en espera de un nuevo día.
El que brilla con luz propia es el nombre de mi calle “Maestra Encarnación Santana Santana”. Merecido reconocimiento por su buen quehacer y su afán por erradicar el analfabetismo de su pueblo y el mío.
Autor: Daniel Suárez Hernández.

Sexto. 2019


Un radiante sol alumbra la fachada de todas y cada una de las casas de la calle. Y aunque lleve unos pocos meses viviendo aquí, cada vez que entro siento como si llevase años… Las frías brisas que corren al entrar hacen que no me sofoque del calor. Todavía no conozco a nadie allí, salvo a Agustín, que vive en la acera de enfrente. Junto a mi vivienda hay una acogedora peluquería, con una mujer muy amable que se asoma todos los días y me saluda. En fin…, la verdad es que mi calle no es ni la más peculiar, ni la más bonita de Salinetas, pero es donde vivo gran parte del tiempo y sé que me quedan maravillosos momentos allí. Cada vez que piso la humilde acera y huelo el aroma de infinitas familias preparando sus comidas, recuerdo que no le hace falta llevarse un premio a la calle más bella, sino a la calle del amor. Amor de familias y compañía, donde estar con tus seres queridos es lo que la hace una calle ideal, al menos para mí.
Autora: Inés Pérez Trujillo
Sexto 2019

Mi calle es una de las más peculiares de mi barrio. Tiene luces, contrastes y ciertas sombras. Todas las
mañanas el sol alumbra mi casa y las demás; arriba, en el cielo, las inmensas nubes se agrupan formando dibujos de cuento. Desde mi calle hay vistas coloridas, las casas con sus vivos colores ofrecen un efecto de arcoíris. Al atardecer, se aprecian personas junto a sus mascotas dando un paseo. En mi calle se respira felicidad y siempre hay buen ambiente. Me encanta pasear por ella.
Un día, ¿por qué no vienes a visitarla?
Autora: Irene Navarro Silva
Sexto. 2019