Al
este, la orilla del mar y al oeste, las montañas a lo lejos; el sol
hace brillar las palmeras en la avenida. Mi calle aislada del ruido,
el silencio se rompe solo con los ladridos de perros y algunas
palomas que vuelan de casa en casa. Por las tardes, los niños salen
con las bicicletas, patines, cometas... La calle se convierte en un
parque. En mi calle, todas las viviendas son de color amarillento y
la carretera despegada del suelo se agrieta al ver el sol.
Autor:
Miguel Ángel Pedregal Medina.
Sexto
Nivel. 2019
Fotografía: J.C. Turégano