Mi
calle es muy bonita, aunque sé que hay muchas mejores, pero es donde
está mi casa y todos los días la observo desde mi ventana. Cuando
paseas por mi calle, aparecen de un lado alineadas casas terreras de
dos plantas, pintadas cada una de un color a veces muy llamativo, y
del otro lado, surge un edificio blanco rodeado de una verja en forja
negra. Dentro se exhibe lo más destacado de la calle: un hermoso
jardín que aísla el edificio del ruido exterior. Es una vía
tranquila, pero sin duda el jardín contribuye a esa sensación, pues
cuando abro mi ventana, solo se oye el murmullo de las palmeras que
bailan con el viento y el canto de los pájaros que se esconden y
juegan entre sus ramas. Además de pájaros, hay gatos que viven
entre las plantas y flores, que cultiva con mucho cariño Rafael, el
jardinero. Lo único que no me gusta mucho de mi calle es el nombre:
se llama Ciega, pues en tiempos pasados había aquí una finca
llamada Hoya de la Gallina Ciega. A veces me imagino cómo sería
este lugar en aquel entonces. Habría alguna casa y plataneras tan
bien cuidadas como el jardín que hoy embellece mi calle.
Autora:
Lara Hdez. Ferrero.
Sexto Nivel. 2019
Sexto Nivel. 2019
Fotografía:J.C. Turégano.