Es
un ser invisible, aparentemente no tiene consistencia, no lo podemos
ni oír, ni ver , ni mucho menos tocar, pero él a nosotros nos ha
aterrorizado. Con un simple estornudo, nos deja a todos en la lona.
Nadie predijo su llegada, ni nadie sabrá si tendrá una salida. Se
ha apoderado de todo y de todas las personas. Nos produce miedo,
inseguridad, temor, angustia …Se hace cada vez más fuerte, pero
con la ayuda y la colaboración de todos y de todas, podremos
combatir este terrible virus .
El
silencio se apodera de las calles, las capitales, monumentos, países,
en fin..., de todo el mundo.
Escucho
el bello canto de los pájaros que se apodera de mí, mientras veo en
las noticias cómo el virus se hace más grande y fuerte, aunque
confío en que todos juntos acabaremos con este horroroso y dañino
ser.
Los
juegos de familia, los libros, la televisión..., se aprovechan de
nuestro aburrimiento, pero..., ¿y qué pasará después?, ¿tendremos
una crisis mundial? ¿qué pasará con los comercios, las industrias
y las empresas? Prefiero pensar en lo que ocurre ahora, lo que tenga
que pasar, sucederá. Juntos podremos con esto. #Quédateencasa.
Autora:
Cristina Cabrera Santana
Confinamiento,
palabra que nunca había oído y que ahora vivo cada día de mi vida.
Y el coronavirus,
que
ha sido la llave que ha cerrado la puerta de mi casa, no ha podido
cerrar la de mi vida.
Al principio
pensaba que me aburriría muy rápido, que no sabría qué hacer, que
sería muy monótono, que los días pesarían... Pero al cabo de unos
días, me di cuenta de que cada día lo hago distinto porque tengo
bastante entretenimiento.
Estos días, no
los vivo como encerrada, sino en familia, pues me siento querida,
acompañada, juego con mi hermana, me divierto y me río, comparto
más momentos con mis padres, risas, juegos, tareas, … Ahora
disfruto de lo que tengo y no lloro por lo que no puedo hacer.
El confinamiento
me ha regalado una cosa muy valiosa; TIEMPO.
Tiempo para estar relajada, disfrutar de la lectura, hacer tareas sin
prisas, desayunar con calma, pintar, cocinar con mi madre y disfrutar
del momento, … #Yomequedoencasa.
Autora:
Leire Falcón Torres
Son
las nueve de la mañana, he desayunado y sigo con mi pijama. Jamás
pensé que echaría tanto de menos esos días, cuando iba al colegio
con tantas ganas. Vivo confinado en casa junto a mi familia, debido a
un virus, llamado, “Coronavirus”, que ha llegado a cambiar mi
rutina de vida. Lo primero, es hacer mis deberes, sin agobios, que
recibo por mis profesores, por “Gmail”, EVAGD... No puedo ver a
mis amigos y me siento un poco triste, pero gracias a la consola,
juego y hablo con ellos. Cuando salgo a aplaudir al balcón a los
sanitarios y demás personas, es cuando verdaderamente me emociono y
me siento feliz, al ver a mis vecinos con tanta unión, aunque a
veces me doy cuenta de que mis padres están preocupados con esta
situación. Sé que de esta saldremos, aunque no será igual que
antes; sin embargo, nos sentiremos más fuertes y orgullosos de haber
colaborado para reducir los contagios, debido a esta pandemia.
Autor: Marcelo
Ramírez Hernández.